Imaginar una futura diferencia educativa: roles de las mujeres salteñas rurales y urbanas.

Resumen

Resulta todavía en algunos espacios sociales, difícil de pensar y posicionar a la mujer como una persona, como un sujeto de decisión y de derechos, no solo de deberes, y como un ser capaz de producir y reinventar muchas situaciones que oprimen o niegan su existencia propiamente dicha. Estas nuevas miradas críticas hacia las posiciones de las mujeres, se visibilizan debido a la paulatina emergencia del paradigma intercultural que, está rompiendo, o por lo menos quebrando constantemente ciertos estereotipos, mandatos sociales y representaciones hegemónicas acerca del género y su incidencia en la sociedad. El presente trabajo da cuenta del fenómeno de la maternidad adolescente en la provincia de Salta en el año 2010. Para su abordaje se observa a las mujeres que fueron madres entre los 14 y 19 años, es decir, que han tenido por lo menos un hijo antes de cumplir 20 años de edad. Para el análisis se utiliza como fuente de datos el Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas del año 2010. A partir de dicha fuente se calcula la proporción de mujeres de entre 14 y 19 años que tuvieron hijos y se analizan los diferenciales en relación con el lugar de residencia urbana o rural de las jóvenes y el nivel educativo alcanzado por las mujeres en estudio. Se analiza también la importancia que poseen cada una de estas variables: área de residencia de la población urbana y rural en Salta, y el máximo nivel educativo alcanzado, para comprender el fenómeno de la maternidad adolescente.Para concluir con el estudio se redactan consideraciones preliminares sosteniendo la necesidad imperiosa de una educación intercultural, no sólo en las escuelas sino en la cotidianidad misma, ya que junto con las competencias comunicativas y el pensamiento decolonial, permitirán el dialogo genuino de otras maneras de ser, pensar, sentir y actuar en el mundo, por ejemplo comprender a la mujer desde una perspectiva ontológica, entender que las maternidades no son mandatos sociales sino planificaciones deliberadas cuyas decisiones se van construyendo en la medida en que la mujer puede empoderarse de conocimientos educativos que le permitan defender y reconocer sus derechos.